La realidad demuestra que la demagogia, la hipocresía y la ignorancia no son patrimonio de ningún grupo concreto.

martes, 31 de julio de 2012

Pagar la cuota


(...) Camino e intento no pensar más, estoy pensando demasiado, lo sé, y no me viene bien para la convivencia, para mi vida social. Si pienso mucho se despierta el monstruo. Levanto la voz, me pongo violento y eso no está bien, no debo gritar ni pegar si no hay dinero por medio. Si solo hay amistad no está bien. Si solo hay deseo no está bien, el maltrato debe estar justificado, sellado por un banquero. Así que mejor controlarse y no pensar, pararse a pensar es malo, una mierda. Quedarse solo y mirar al techo para reflexionar no ayuda. Quitar en lugar de poner no está de moda. Hay que cuidar las formas y pasar del fondo. Importa que digas hijo de puta, pero no que lo seas.
Pagar la cuota del seguro de los muertos. Pagar la cuota del seguro del coche. Pagar para que cuando muera envenenado, enajenado, me puedan enterrar sin dar el coñazo a nadie. Que lloren por el gran hombre que fui, no por lo que costó meterme bajo tierra.(...)

miércoles, 18 de julio de 2012

El pintor asesino


(...) No sé lo que estoy diciendo. Quizá debería empezar por el principio. No tengo orden, no tengo concierto. No sé cuál es el principio. No sé el momento en que me convertí en un asesino. He sido muchas cosas en la vida, pero la afición al arte del crimen me llegó a los cincuenta. Antes pensaba en el crimen y temblaba de pánico. (...)

(...) En el homicida sus deseos de muerte surgen junto con sus emociones al servicio de la vida. Del mismo modo, el amor y el odio conviven dentro de nosotros. El homicida forma parte de nuestra humanidad. Es el aspecto frágil y cruel de nuestra conducta el que hace a muchos de nosotros capaces de matar. Existen tres elementos sicológicos entrelazados que nos inclinan al homicidio: frustración, temor y depresión. Todos los criminales se sienten internamente atormentados. Su guerra contra sus entrañas la convierten en guerra contra el prójimo. Son personas atormentadas, atrapadas en el intenso conflicto de sus sentimientos sexuales. La personalidad del asesino es compleja. (...)

El Pintor Asesino